Bordeamos el río Candín porque llegamos a El Candín. La sede del @CDTuillaOficial. Aquí estamos encajonado en una ladera.
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Bordeamos el río Candín porque llegamos a El Candín. La sede del @CDTuillaOficial. Aquí estamos encajonado en una ladera.
En Tuilla/Tiua juega el Tuilla. Conjunto arlequinado al estilo Sabadell que disputa sus partidos en El Candín. La casa de David Villa.
Un campo de hierba artificial con dimensiones de 96×50. Antes era de arena y representaba al máximo la filosofía dinamitera local.
A lo lejos vislumbramos la barriada de Tuilla, de 1.429 habitantes, próspera en su día gracias al carbón. Parroquia eminentemente minera.
El club nace en 1952 y no es hasta 1987 cuando llega a Tercera. Desde 2007 han acumulado éxitos como el campeonato de Tercera o 5 play-off.
Este valle vio pasar al Ourense en Copa Federación, al Burgos en Copa del Rey o a filiales como Las Palmas o Deportivo B en play-off.
El Tuilla pasó de ser un modesto de Tercera a un eterno aspirante al ascenso a Segunda B. Este año cayeron frente al San Fernando canario.
En las fachadas queda patente la depresión post-reconversión industrial que ha transformado al pueblo. De esa depresión se salva el Tuilla.
Las instalaciones fueron remozadas, aunque no por completo, lo que ha dejado pequeñas zonas que aún transpiran fútbol modesto de antaño.
En sus vestuarios esperábamos encontrar algún canario enjaulado que prevenga la aparición de grisú.
El Martes 15, todos pa’ les escueles.
De aspecto apacible una tarde de verano, cuando once arlequinados saltan a su 96×50 el pueblo se transforma. Todo puede pasar en El Candín.
Acariciamos por última vez el plástico verde de El Candín pensando la presión de jugar aquí con el campo a reventar. Una olla a presión.
