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Tú no sabes lo que es un play-off

Tú nunca te atreverías a dejarlo todo y cambiar de vida descubriendo nuevas culturas. Es probable. Bastante probable de hecho. La valentía es un valor humano incuantificable, impersonal, y por supuesto intangible. La sociedad actual mediante la comunicación e imagen ha creado hitos de valentía tan imbéciles como vanidosos. A ver si por pedir un año de excedencia en tu trabajo, coger las bermudas del Carrefour, bajar al trastero a por tu maleta, y comprar un Business-Class a Sri-Lanka para vivir entre monos baduinos mientras sustituyes las cañas del bar bajo tu casa por cocos va a ser algo valiente. Esa gente nunca estuvo en un play-off.

Ni nunca lo estará. El play-off es para gente exigente. No vale cualquiera. Está claro que si te pones una bufanda durante un partido de Champions League y subes el volumen para disfrutar de la maravillosa troupé de comentaristas habitual, no vales para vivir un play-off. No vales si nunca has enviado un correo electrónico a tu jefe pidiendo un par de días de vacaciones para ir a Almansa. No vales si no aguantas 5 horas bajo un sol de justicia preocupado únicamente por si tus jugadores están tan al borde de la lipotimia como tú. Porque tú, tú consideras valentía tumbarte 6 horas al sol en Torremolinos. Tú. Tú que nunca has estado 4 horas en La Victoria. Tú. Tú que nunca has buscado los baños al borde del paro cardíaco en Linarejos. Nunca estuviste en un play-off.

 

 

Aguantar los nervios previos del sorteo haciendo cábalas sobre los posibles desplazamientos. A tus amigos de Champions les preocupa la calidad del rival en el sorteo. A ti no. A ti te preocupa el desplazamiento, los kilómetros que vas a tener que hacerte, encontrar una gasolinera a la salida del estadio que tenga patatas fritas sin caducar y buscar el McAuto más cercano. Ellos hablan de bolas calientes. Nosotros asistimos a celebraciones sobre el escenario, algarabía, aplausos e incluso carcajadas cuando sale una bola en el Salón Luis Aragonés de la RFEF. ¿De donde son esos? Confusiones geográficas, errores gramaticales, prejuicios. Nunca estuviste en un sorteo de play-off.

A los pocos minutos comienza el baile. Si te toca en Galicia, te van a encharcar el campo. Si te toca en Euskadi, el árbitro te va a robar por la presión local. El sol de Madrid y sus partidos a las 12. Las encerronas canarias. Los centrales «perros viejos» valencianos. Los campos de hierba artificial catalanes. Por no hablar de Extremadura. Nos convertimos en una oda al pesimismo. Empezamos a creer en el tarot, la magia negra y el vudú. El rival tiene tu misma equipación, lo que supone que tengas que ir a Laredo con la segunda indumentaria. Con la que perdimos el play-off de hace 7 año. Terror, pavor. Va a dar igual, porque en casa nos van a dar un meneo. Vienen de meterle 7 al Torpedo 66. No es el Peña Sport. Es el jodido Milan de Sacchi. Has perdido 3 partidos de 38, pero eso no importa. El Cayón te va a hundir en la miseria. No conoces la presión si nunca estuviste en unos play-off.

 

 

Viajar a Calahorra nunca fue fácil. Pero eso en la época de los GPS y los smartphone jamás lo entenderéis. Me rio de tu aventura en Sri Lanka con aquel taxista homosexual que conducía borracho mientras no tenías idea de donde te llevaba. Tú nunca preguntaste en Logroño a un paisano local a una hora escasa del comienzo del partido sobre como llegar a Calahorra sin darte cuenta que era mudo. No sabes lo que es la alegría si nunca viste al fondo unas torretas de iluminación (nuestros faros particulares). No sabes lo que es viajar si nunca te preparaste un bocadillo extra por si tenemos que salir por patas del pueblo. Y solo Clint Eastwood entiende lo que es aparcar el coche a dos horas del inicio del partido cerca de Anduva, absolutamente solo, bajando de él lentamente provisto de gafas de sol compradas en la eliminatoria anterior, y encendiendo un cigarro mientras ves el campo cual forajido en Sin perdón. No conoces la ansiedad si nunca has estado en unos play-off.

 

 

La música del verano sonando en los altavoces del estadio. Rifas a la entrada. Jamones en el sur, centollos en el norte. Localidades para caballeros, señoras y niños. No sabes lo que es una entrada cara hasta que vas a Miramar y te cobran 25 euros de pie, sin bar, sin baños y sin techumbre. Indiferencia de la afición local, esa misma que una hora y media después va a estar insultándote como si le fuese la vida en ello. Mucho calor, para lo cual vas provisto de esa gorra «merchandising semi-oficial» del club, comprada 4 play-offs atrás en aquella infausta tarde de El Collao. No sabes lo que es la incredulidad hasta que ves al lateral suplente titular por vez primera en toda la temporada en el encuentro donde te juegas el año. Ataques de entrenador, dicen. Lo mato como perdamos, piensas. Paquete de pipas para tirar al árbitro en el minuto 80, cerveza con alcohol (esto no es la metrosexual LFP) y bufanda al cuello a 37º. Y por supuesto, no conoces la tensión hasta que vives un partido de play-off.

Todo puede pasar. Absolutamente todo. Tú, que titulas ROBO por no haber pitado un penalty, no sabes lo que es que te expulsen a tres y te piten dos penaltis en contra en San Isidro. Vía libre a la presión, vía libre al lado más puro y caótico del fútbol. Gente con periódicos en la cabeza agrediendo al portero visitante, jóvenes aficionados saltando al campo sin camiseta Marlboro en boca, balones al campo si vamos ganando, cervezas al campo si vamos perdiendo. Gritos, saltos, lloros… que me quiten este asiento de plástico y me den cemento puro. Durante una temporada entera, el rigor táctico y la organización sobre el campo es vital. Sin embargo en estos partidos todo eso queda en agua de borrajas. Metemos al utillero a repartir patadas si hace falta. España, país de la picaresca. De Rinconete y Cortadillo. Del Llagostera y El Palo. No conoces el sufrimiento si nunca has sentido en un play-off.

 

 

Todo comienza este fin de semana. Las gasolineras se llenarán de extraños habitantes de lejanas ciudades, y los pueblos los recibirán como esclavos de Colón traídos de ultramar. Tenemos los partidos de fútbol más puros en los lugares más auténticos y seguimos yendo a Sri Lanka a comer peces vivos para demostrar nuestro coraje. Una pasión a prueba de bomba. Y si esta bomba estalla, que echen mis cenizas en El Toralín.

 

Artículo escrito por EibarSestaoX,  publicado en www.diariosdefutbol.com:

http://www.diariosdefutbol.com/2016/05/22/tu-no-sabes-lo-que-es-un-play-off/