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S03E03 – San Lorenzo, Laredo.

Cientos de camisetas rojillas invaden el puerto de Laredo. Verano. Este año prometen no llorar, aunque nunca se sabe en play-off. La juventud cuenta con una ilusión desde que un grupo de jóvenes bailaban foxtrot en Carolina del Sur. Hilo del Charles.

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El pasado 29 de Diciembre de 2017 comenzaron los actos para celebrar el centenario del Club Deportivo Laredo con un partido que les enfrentó al Real Racing, celebrado en San Lorenzo, este precioso estadio que veréis ahora. Cayó el Charles 0-4. Un centenario un poco…a ver….

En 2018 se celebran cien años de la fundación del Olimpia Sport, un club que se fundó gracias a la proliferación de veraneantes que llegaban a la localidad costera para disfrutar de la playa, y que aprovechaban para mostrar a los nativos aquel juego con una pelota.

Diez años después, el club desaparece por motivos económicos ante la tristeza de sus jugadores. Corría mayo de 1928. La desazón fue tal que las vallas y cierres del campo desaparecieron rápidamente del viejo San Lorenzo, quedando únicamente dos tristes porterías sobre el barro.

Un año antes, cuando el Olimpia agonizaba, un grupo de jóvenes se reunió frente al Ayuntamiento maldiciendo su suerte. El vil dinero había acabado con su juego favorito. Pronto llegaron a la conclusión de que todo lo que necesitaban era su afición por el deporte.

¿Pero cómo generar esa ilusión entre los jugadores, y sobre todo entre los hinchas que debían acompañar al equipo?. Jose Luis Ulacia propuso entonces una idea “Llamemos al club Charleston”. ¿Charleston? ¿Por qué un club de fútbol llamado Charleston?

El objetivo era asociar directamente al club con la juventud. Así que decidieron llamarlo como aquel baile de moda que hacía furor en Estados Unidos. Un baile nacido en Carolina del Sur, cuyo origen era una danza africana llamada Juba. Luego Kathryn Wilson lo modernizó.

El baile simbolizaba una época de alegría y despreocupación por parte de una sociedad cambiante. Recién salida de la Gran Guerra, la sociedad quería olvidarse de todo y divertirse. Por vez primera las mujeres comienzan a fumar y beber en público. La libertad llegaba.

A España el charleston llega tarde, pero llega. “Madre, cómprame un negro” fue un charleston compuesto en 1928, un año después de la fundación de nuestro Charleston de Laredo, por Ángel de Ortiz, que quiso «homenajear» a los afroamericanos con los que descubrió el baile.

Su letra era épica pura: “Madre, cómprame un negro, cómprame un negro en el bazar! Que baile el charlestón y que toque el jazz-band”. Y en Laredo lo que compraron fueron camisetas. Rojas, en este caso, ya que pretendían ser un conjunto alegre y vivaz.

El club comenzó a crecer, por lo que se hizo necesario un nuevo campo, construido gracias a la aportación de los pejinos. Deportivamente el equipo ganó la final Regional al Madrid de Santander, filial del Racing, por 4-1. Aquello llenó las calles de Laredo de celebraciones.

Celebraciones que se acabaron en 1936 con el estallido de la Guerra Civil. Volvió la oscuridad. Al acabar, Franco prohibió los nombres extranjeros en los clubes de fútbol, por lo que el popular “Charles” pasó a conocerse como Club Deportivo Laredo, hasta nuestros días.

La villa marinera de Laredo comenzó a dar futbolistas de talla. El medio Mingo, los hermanos Docal, o el bético López que se retiró en el Granada son algunos de ellos. En el Burgos y Pontevedra de los 60/70 jugó un defensa de corta estatura: Amavisca. Si, el padre de José Emilio.

José Emilio Amavisca es un mito de Laredo. Hasta cuenta con un polideportivo con su nombre. Futbolista clásico de los años 90, sus celebraciones quedaron en la retina de todo aficionado. Unos 90 que también vieron a otros pejinos como Tocornal, Serrano o Neru triunfar.

Históricamente, el Laredo compite a caballo entre Tercera y Regional hasta que en 1987 logran el ascenso a Segunda B favorecidos por la ampliación de la categoría de uno a cuatro grupos. Y llegan las torretas. Pese a su modestia, a punto estarían de conservar la categoría.

En 1988 logran el campeonato de Tercera y de nuevo el ascenso. Con más experiencia y con jugadores como Julio Engonga en sus filas, pierden la categoría en la última jornada tras un empate en Binéfar, donde no consiguieron lograr el gol que les hubiese dado la permanencia.

Comenzó un largo periodo en Tercera que dura ya la friolera de 28 años. Los años en los que la promoción se disputaba en formato grupo fueron especialmente duros con el Charles, quedando siempre último de grupo, a excepción de 1992, donde 2B quedó a un punto del ascenso.

Pobla de Mafumet, Badajoz o Segoviana les eliminan en las rondas previas estos últimos años. En Junio de 2014 caen en la última eliminatoria, en el último partido, por el valor doble de los goles en campo contrario en La Eragudina de Astorga. Comienza su gafe. Histórico gafe.

En 2015 quedan campeones de su grupo, por lo que disputan la eliminatoria de campeones. El rival es el Mérida. Tras un prometedor 0-0 en el Romano, los pecholatas celebran el ascenso en una grada supletoria montada en este fondo. Ganan 1-2 y ascienden. Lágrimas de San Lorenzo.

En el 2016 quedan primeros en su grupo. La eliminatoria de campeones les empareja con el Zamudio. Tras un 3-1 en tierras vascas, el 1-0 en San Lorenzo es insuficiente. Asciende el Zamudio en San Lorenzo. Dos semanas después, asciende El Ejido en San Lorenzo. Annus horribilis.

Tras caer el año pasado frente al Calahorra, Junio nos hará bailar en San Lorenzo como si en 1928 hubiésemos comprado un negro en un bazar.
Créditos: Gracias al @CDLaredo por abrirnos esta puerta del ascenso.
The end.