Subiendo una carretera con curvas sinuosas mientras atravesamos la comarca de la Vera llegamos al punto más alto de toda Extremadura: Piornal. Y si, amigos, aquí tambien hay fútbol del bueno. La casa del CF Piornal.
El campo ahora mismo está sufriendo una serie de mejoras. Esto es la Siberia extremeña y toda mejora es poca. A lo lejos divisamos un horizonte de nubes bajas que hemos tenido que pasar hasta llegar a la altura de Piornal, nada menos que 1.175 metros de altura.
Los piornalegos curan sus embutidos al aire de la sierra. No es para menos. Aquí arriba se respira el aire más puro que puede haber. En pleno Valle del Jerte, el techo de Extremadura. Goles en plena naturaleza.
Piornal es famosa por Jarramplas. Jarramplas es un ladrón de ganado que tras ser descubierto es sometido a burlas y castigos. El personaje va ataviado con chaqueta y pantalón llenos de cintas de colores, dos cuernos y una gran nariz, y camina por el pueblo tocando su tamboril.
Los vecinos en el festejo arrojan nabos a Jarramplas. La fiesta es tan popular que las casas se preparan para los impactos que van dirigidos a Jarramplas. Incluso el personaje lleva una malla protectora de fibra de vidrio para los numerosos impactos de nabo que reciben.
Hay voluntarios para ser Jarramplas organizados hasta 2039. Más lista de espera que un hospital público. La fiesta es de interés turístico regional y llenará el pueblo de jolgorio en próximas semanas. Más jolgorio incluso que el que tiene esta grada en un partido. Que no es poco.
El jolgorio se debe a que cuenta con una de las aficiones más fieles y ruidosas de la Primera Regional extremeña, categoría en la que militan este año por vez primera tras lograr el ascenso el año pasado cuando quedó libre una plaza en la división antesala de Tercera.
En estas porterías marca goles un ex internacional con España. Si, habéis leído bien. Andrés Llorente firmó por el Piornal años después de haber despuntado en categorías inferiores, llegando a ser internacional sub-16 en el mismo equipo que los Cesc o Mata
Por entonces Andrés despuntaba en el Plasencia, de donde dio el salto a las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Tiempo después y tras arduas negociaciones, Andrés sigue disfrutando del fútbol en plena naturaleza. En su Piornal. Con sus amigos.
La pista de atletismo de asfalto y la pequeña grada de lateral dan muestra fiel de la humildad del Piornal, que busca la permanencia en este año de debut en Primera. Un hecho histórico para un club fundado en 1952 que llegó a rechazar un ascenso en su día debido a su economía.
Imaginamos como pudo ser el play-off del año pasado frente al Peña el Valle de Montijo con estas vistas. Sublime. Al lado del cielo. Imaginamos tambien las amenazas a los árbitros con arrojarles a la piscina que veis en la foto. Imaginamos tantas cosas que seguimos el trayecto.
