Antes de Granollers uno de pronto se encontró con estas solemnes torretas el cielo. Y claro, tiran más dos torretas que dos carretas.
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Antes de Granollers uno de pronto se encontró con estas solemnes torretas el cielo. Y claro, tiran más dos torretas que dos carretas.
Se trata del Olímpico de Terrassa. Uno de esos lugares mágicos donde se disputó Barcelona 92. Y donde se disputaron muchos play-offs.
Construido en 1960, se remodeló por completo allá por 1991 para ser sede en 1992 de las competiciones de hockey-hierba en los Juegos.
Su tribuna presenció fútbol de Segunda tres años. Y ojo, que por aquí pasaron Juanele o Juanma Lillo. Honores.
Aguanta la torreta, crack.
Desde el exterior llama muchísimo la atención la amplitud del estadio. Ocupa una superficie muy extensa y los accesos son enormes.
Eso si, quizá algo más de presupuesto para el cierre perimetral del estadio no habría estado mal.
Y nuevamente accedemos al estadio sin cruzarnos con nadie. Tranquilidad absoluta dentro. Y hierba artificial egarense.
Siempre con presupuesto alto, el Terrassa al fin ascendió a 2A en 2002 tras ganar los 6 partidos de play-off a Hércules, Ceuta y Barakaldo.
Maestro, Gibanel, Monty, Keko…nombres propios de aquel Terrassa ya desaparecido. Hoy el Terrassa es una refundación (debates no, por dios)
El estadio nota el paso del tiempo y está descuidado, pero es una preciosidad. Me encanta, y a las palomas tambien.
Y nos vamos a un sitio cercano.
