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SE04E03 – Fernando Robina, Llerena.

Hace unos meses descubríamos un par de vídeos en donde se hablaba de un club llamado Llerenense, que llenaba el campo cada domingo, y contaba además con una fiel afición que les seguía a todas pares. Por ello quisimos investigar más en este #BellotaTour. Nos vamos a Llerena.

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En el Fernando Robina juega un histórico de la Tercera extremeña, el Llerenense. Este estadio cuyo césped natural fue sustituido por uno artificial (¡Ooohh…!) fue construido en 1966 para sustituir al viejo campo de Tintorera. Se inauguró con un Badajoz – Sevilla.

Y es que Fernando Robina, además de alcalde de Llerena, fue directivo del Sevilla. Fruto de ello se trajo al Llerenense en 1970 hasta ocho cedidos del club hispalense. Cuatro años más tarde, una fría tarde de Enero de 1974, fallecía en accidente de circulación.

A finales de los 70 y principio de los 90 el Llerense llega a ascender a Tercera y jugar tres añitos en esta categoría. Son años donde se enfrentan a Betis Deportivo, Sevilla Atlético, Linense y compiten de tú a tú con Mérida o Extremadura. Incluso juegan Copa del Rey.

Llerena cuenta con una rica historia. En su día aquí fue descubierto el “Ídolo de Llerena”, una figura que sostiene una especie de cuchillo en sus manos. La llegada con torretamóvil II nos impresiona bastante al ver una gran cantidad de restos históricos en pocos metros.

En 1508 se instala en Llerena nada más y menos que el Tribunal de la Inquisición, algo así como el Chiringuito hoy en día, pero con muertes. Se dice que la Inquisición en Llerena fue la más dura del país. Aqui acabaron a latigazos con moriscos y judaizantes.

A todos los reos condenados se les confiscaban sus bienes y se les quitaban sus tierras y casas, además de su dinero. De esa manera, negocio redondo. Hasta el año pasado el Llerenense era una especie de Santa Inquisición, rondando el descenso de categoría y con deudas acuciantes.

Es entonces cuando un grupo de jóvenes decide coger el toro por los cuernos y hacerse cargo del club de sus amores. Y todo cambia, veréis. Pasan de 100 a 600 socios. Habitualmente tienen entradas de 700 personas, llegando un día a 1.600 como veis en esta foto.

20 de los 22 jugadores son del pueblo, logrando de esta manera una identificación total entre plantilla y afición. Esto conlleva que de 18 empresas colaboradoras pasasen a 110. Los ingresos se multiplicaron a todos los niveles. La gente toma el club como suyo.

Cinco de los directivos son amigos de toda la vida. Entre ellos y las otras 10 persona que colaboran en el club trabajaron durante todo el verano a destajo para reformar por completo el Llerenense. Por ejemplo, compraron máquinas de gimnasio de segunda mano al Celta.

Dichas máquinas se costearon gracias a los ingresos obtenidos en un campeonato de veteranos celebrado aquí en verano. No hay dinero que salga que no haya entrado previamente. ¿Como pagar a los jugadores?. Poniéndoles de cuerpo técnico de la cantera.

¿Y si aún así hay más jugadores?. Pues pones dos de ellos a hacer mantenimiento del campo. En lo sencillo está el cambio. Y eso lo ven los aficionados. Este año se fundaron los Llerena Fans, un grupo de aficionados que llena el Fernando Robina.

El club les paga los desplazamientos en autobús, o al menos sufraga parte de ellos. Se ha generado un ambiente social tan envidiable que en la cena de navidad entre club y aficionados reunieron a 370 personas. En dos meses han vendido 800 bufandas.

Además, el club colabora en diversos actos sociales. Mismamente, tres personas tuteladas en un centro de la localidad colaboran de manera diaria en el club. Y no lo hacen para la galería. Se les ha integrado de tal manera que aparecen en la foto oficial incluso.

El Llerenense además cuida su cantera. Tanto que los 170 niños que actualmente juegan en sus categorías inferiores tienen vestuario propio. El primer equipo se cambia en uno, mientras que la cantera tiene otro reservado en perfecto estado.

Este año son líderes destacados en Primera Regional, la antesala de la Tercera División, donde no militan desde 1995. Un ascenso que sería la justa recompensa a un trabajo impecable en lo social, económico y deportivo. Gente joven y comprometida, éxito seguro.