Último campo del día. Antes de dar por concluida la tercera etapa del Catalonian mistery tour decidimos pasarnos por otro nuevo estadio.
Y no es otro que el Estadi Olímpic Municipal de la Feixa Llarga, Hospitalet de Llobregat. 6.740 espectadores en sus extrañas gradas.
El estadio se inauguró en 1999 cuando Santi Balmés escribía con compás las iniciales en esos hierros llamados torretas. Esta, muy solitaria.
Y digo «Se inauguró» por no decir «Se reinauguró». Ese año sufrió una reforma total que lo transformó de estadio de béisbol a fútbol.
Precisamente ese «Medio fondo media tribuna» es lo más interesante del campo. Imaginamos como habría quedado cerrado por completo. Gloria.
El césped es hierba artificial. Horror. Y no hay manera de saltar sin poner en juego mi tobillo o peor, mis portátiles. Torretas de 10.
Ssshhhh, silencio. Si nos callamos aún retumban los gritos pepineros celebrando el gol de chilena de @carl9s_alvarez que les dio el ascenso.
Oh, hay más. Creo que por el otro lado hay gritos eibarreses celebrando su ascenso tambien. Y Sandoval corretea por la banda con el Rayo B.
El único ascenso celebrado aquí por el Hospi fue frente al Almería B. Por eso les bancamos. Por eso y por esos pisos tan Hospitalet al fondo
Bajamos la grada.
Puerta abierta.
Adentro que vamos.
¿Hola? ¿Hay alguien?
Parece una rueda de prensa fantasmal.
Saquemos la ouija.
Hagamos fotos a las fotos. Eso les despistará.
Aquí distinguimos un estadio de verdad, a Ramón Moya y a Víctor en portería. Eran los 90.
Fijémonos detenidamente en el peinado al estilo Juan Diego Botto en Historias del Kronen feature Miguel Ángel Angulo que se llevaba.
¿Qué? ¿Quién ha dicho Historias del Kronen?. Pues toma Jordi Mollá el segundo por la izquierda en la fila superior la siguiente temporada.
En fin, poco más dio de si la visita a uno de los campos nuevos con más promociones a sus espaldas. Hospitalet, uno di noi.
